miércoles, 11 de marzo de 2015

"Nadie busque su propio bien, sino el del otro"

                                                    Muchas veces, los líderes prominentes tienen un gran ego, y eso es un problema. En el libro (El comunicador eficaz) se utiliza el formato de una carta para describir este problema y el efecto negativo que causa: "Querido orador; Tu ego se ha convertido en un muro entre tú y yo. No te importo mucho ¿verdad?. Lo que mas te importa es si tu discurso es efectivo...si estás haciendo un buen trabajo o no. Temes que no vaya a aplaudirte ¿verdad?. Te preocupa que no me ría de tus bromas o que no llore con tus anécdotas emotivas. Estás tan obsesionado con mi reacción a tu discurso que no has pensado en mi para nada. Me podrías haber gustado, pero estás tan inmerso en tu amor egocéntrico que el mio de nada te sirve. Si no te presto atención es porque veo que no hago falta aquí.
                                                     Cuando te veo en el micrófono, veo a Narciso mirándose al espejo... ¿Tienes la corbata bien puesta? ¿Y el pelo? ¿Tu compostura es impecable? ¿Y tu fraseología perfecta? Parece que tienes todo bajo control, todo menos a la audiencia. Lo ves todo tan claro, menos a nosotros. El hecho de que seas ciego con nosotros ha hecho que seamos sordos contigo. Nos tenemos que ir ya, lo siento. Llámanos en otro momento. Volveremos a ponernos en contacto cuando seas lo suficiente genuino como para vernos...después de que se te hayan frustrado tus esperanzas... después de que te hayan roto el corazón...después de que tu arrogancia se haya hundido en la deseperación. Entonces, habrá sitio para nosotros en tu mundo. Entonces, ya no te importará si aplaudimos a tu genialidad. Porque serás uno de nosotros.  

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