miércoles, 30 de enero de 2019

¿Aspiras a la excelencia?

                                              No estás dando el máximo de tu potencial si los baremos que otros te imponen son más altos que los que tú te impones a ti mismo.Un famoso exjugador de baloncesto asistió a un campamento de verano para practicar dicho deporte cuando tenía quince años. Durante su estancia allí, otra estrella de baloncesto le dijo: 'Si no te esfuerzas por jugar lo mejor que puedas, habrá otro jugador con las mismas cualidades que tú que rendirá al máximo y un día, cuando compitas contra él, te sacará ventaja.'Ni tus detractores ni tus competidores deberían de determinar los estándares que te marcas a ti mismo. Un catedrático de psicología hace hincapié en la diferencia que existe entre el mero éxito de la excelencia: "El éxito se sopesa comparándose con otros, la excelencia se mide comparándose con el propio potencial. El éxito  otorga sus beneficios a unos pocos, aunque es el sueño de las multitudes; la excelencia es algo que todo ser humano puede alcanzar , pero sólo algunos aceptan su reto.
                                                 Hubo un momento embarazoso en la vida de Cristo: El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina" De su doctrina, pudo decir Jesús: "...pregunta a los que han oído..." , pero respecto a sus discípulos, no dijo nada, porque todos lo habían abandonado. Cuando nos preguntan sobre nuestra doctrina, podemos decir: "Pregunta a los que me han oído". Pero cuando nos preguntan acerca de nuestro discipulado, ¿podremos decir: "Pregunta a los que me conocen? ¿Eres conocido por tu forma de vivir diferente y sin transcendencia o podrías decir como Pablo:
"Prosigo la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario