Dice una conocida canción: "Perdóname, nunca te prometí un jardín de rosas". Ni Dios tampoco, así que ten cuidado con la teología del "jardín de rosas". La vida cristiana no es una experiencia de "todo o nada" . Es decir, o bien eres cristiano y la vida es de color de rosa o un no creyente y la vida es dura. No, sino que es una mezcla de los dos, con momentos que disfrutar y momentos duros que soportar. Las grandes figuras de la Biblia experimentaron tanto la emoción de la victoria como el dolor de la derrota; algunos como Elías, hasta desearon morir.
Considera las paradojas de la Palabra de Dios. Jesús fué un "varón de dolores". Pero también lo "ungió Dios...con óleo de alegría más que a sus compañeros" Pablo dijo que "entristecidos...pero siempre gozosos...pobres, pero enriqueciendo a muchos....poseyéndolo todo". Eso era lo que tenía en mente cuando escribió: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". En Proverbios 17-22, dice Salomón: "El corazón alegre es una buena medicina...". En Eclesiastés 7-3 se expresa así: "Mejor es el pesar de la risa, porque con la tristeza...se enmienda el corazón." Según Eclesiastés 7-14 "En el día del bien goza de bien, y en el día de la adversidad reflexiona. Dios hizo tanto el uno como el otro..." ¡Alégrate! En este mundo de altibajos, Dios sigue en el trono. Él decide la mezcla correcta de alegrías y tristezas, paz y conflicto, ganancias y pérdidas, carencia y llenura, tragedías y triunfos, con el único propósito de que con todo y con todo seas favorecido.
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