viernes, 4 de enero de 2019

Madurez espiritual

                                                       Tras la muerte de su hijo de 13 años, a consecuencia de un accidente patinando, la madre se encerró en la habitación durante meses sin querer salir . Fue entonces cuando el hijo menor Jaime, de seis años de edad, decidió que tenía que reemplazar a su hermano, y allí se entretejieron los hilos de una intricada fantasía. Se obsesionó con imitar las características personales de su hermano; llevaba su misma ropa y aprendió a silbar como él. Se hizo el compañero inseparable de su madre y decidió en su mente que quedarse como niño le evitaría cualquier dolor y responsabilidad. Jaime se resistió a crecer y hasta su cuerpo físico parecía haberse unido a esa resistencia. A los diecisiete años, a penas media metro y medio, y en sus últimos años los niños eran sus mejores amigos. Y no es de sorprender, dado que desde los seis años había idealizado la infancia y rechazado la madurez. Así fué como que el niño que busco la eterna juventud como defensa ante la tragedia, nunca maduró del todo. Llegó a ser famoso por la creación del País de Nunca Jamás, la isla encantada e inmutable donde los niños no crecían. Jaime llegó a ser con el tiempo Sir James Barrie, autor del libro Peter Pan.
                                                      ¿Qué se puede aprender de esto? Estarás madurando espiritualmente cuando 1) Tengas la capacidad y la disciplina de alimentarte a ti mismo espiritualmente. 2) Sepas que no has nacido para ser servido y que solo sirviendo a los demás sirves al Señor. 3) Entiendas que tus sentimientos son cambiantes y que caminas por fe, y te aferras a la Palabra de Dios. 4)Seas consciente de que vas a tener pruebas. Para superarlas deberás comprometerte a vivir según los principios bíblicos y no por impulsos humanos. 5) Sepas que la verdadera satisfacción se deriva únicamente de descubrir la voluntad de Dios y cumplirla. 

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