jueves, 17 de enero de 2019

Problemas "gigantescos"

                                                      Cuando nos enfrentamos a problemas "gigantescos": 1) Su envergadura puede intimidarte. Y no ayuda mucho el que los que te rodean, incluidos tus líderes, se pongan a cubierto. En ese momento debes echar mano de victorias pasadas; victorias sobrenaturales a las del Paso del Mar Rojo o a la caída de los muros de Jericó. ¿Cómo es tu Dios de grande? 2) Sus palabras pueden hacerte dudar. " Al escuchar Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo...tuvieron mucho miedo". Palabras como 'el tumor es maligno', la empresa va a reducir personal' 'ya no te quiero', 'nuestro hijo es drogadicto', 'el banco nos va a quitar la casa' ¿Cómo reaccionas ante estos mensajes? Acude a la Palabra de Dios que es viva y transformadora, que transciende toda circunstancia y prevalece ante toda opinión. " La hierba se seca  y se marchita la flor, más la palabra de Dios nuestro permanece para siempre". 3) Hay una pequeña 'abertura' búscala. Se dice que Goliat podía lanzar su lanza hasta la mitad de un estadio, así que se supone que David se encontraría a esa distancia de él. Además Goliat tenía una armadura que lo protegía de la cabeza a los pies, salvo una pequeña abertura entre los ojos y la frente. Y ahí fué precisamente donde apuntó David. Eso nos enseña algo. Cuando pides una solución a Dios, tal vez esta se presente en forma de una pequeña abertura en lugar de un gran boquete. Cuando te la muestre, confía en que Él te ayudará a pasar por ella. La respuesta de Dios no busca aumentar tu bienestar, sino reforzar tu confianza en Él. De esa manera, no solo serás capaz de enfrentarte a ese gogante sino también a otros que puedan aparecer en el futuro.     

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