viernes, 20 de septiembre de 2019

Caminar en pureza

                                                       Cuando se refina el oro con temperaturas muy elevadas, lo primero que sale a la superficie es la escoria. Luego se separa la plata, un metal de menos valor que está mezclado con el mineral del oro.De esto se desprende una enseñanza muy importante: muchos de nosotros somos incapaces de separar lo bueno de lo mejor, por eso escribe Malaquías: "...Los afinará como a oro y como a plata..." Dios tiene que hacerlo porque nosotros no sabemos. Después de cometer adulterio con Betsabé, David escribió: "¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí" David pidió dos cosas: un corazón limpio y un espíritu recto que deseara vivir en pureza.
                                                        El fracaso personal es por lo general el resultado de un proceso lento, pero constante, y no de un acto aislado de desobediencia. Ocurre cuando ponemos nuestra mente en las cosas indebidas y descuidamos nuestra vida espiritual. Por ello, Dios nos llama a un lugar de soledad, lejos de cualquier distracción, para probar nuestros pensamientos más profundos y abrir nuestros ojos a asuntos que necesitan ser tratados. En ese lugar, Dios nos revela los defectos que excusamos o que intentamos esconder a los demás. Es ahí donde se filtra todo el polvo que se nos ha pegado durante las ocupaciones del día. Cuando nos libramos de esa basura, podemos ver las cosas con más claridad y responder a los toques divinos. Sin disciplina no podremos tener una relación más íntima y profunda con el Señor. Dice el apóstol Santiago:  " Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros...ño,piad las manos...y purificad vuestros corazones".          

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