sábado, 14 de septiembre de 2019

Cuando te sientes decepcionado

                                                     Alguien escribe: "Cuando Dios no hace lo que queremos, no es fácil aceptarlo; nunca lo ha sido y nunca lo será. La fe es la convicción de que Dios sabe mejor que nosotros...y que nos sacará adelante. La decepción es producto de expectativas no cumplidas...y se cura con expectativas renovadas...No te asustes...no te rindas...sé paciente...Dios está en control. Hasta la última palabra, no está todo dicho.". Por lo tanto cuando te sientes decepcionado: 1) Mira hacia dentro. David se preguntó: "Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí...? Reconoce que te sientes mal. No puedes tratar algo si no lo admites primero. Pide a Dios que te muestre la raíz del problema. ¿Es rabia contenida? ¿Envidia? ¿Falta de perdón? ¿Lujuria? ¿Cansancio mental o físico? Disponte a recibir lo que Dios te revele. 2) Mira hacia arriba. David dijo: "...espera en Dios, porque aún her de alabarlo..."En lugar de fijarte en tu decepción , pon tu mirada en Aquél que sabe donde está la salida. 3) Haz memoria de la fidelidad anterior de Dios.  Según David: "...Mi alma está abatida en mí. Me acordaré por tanto de tí..." En medio de todas las vicisitudes por las que pasó José, éste se aferró a la seguridad de que Dios seguía en el control de su destino. Recordar la fidelidad de Dios te da la confianza de que Dios seguirá proveyendo. 4) No tienes que entenderlo todo. El hecho de que no le encuentres sentido a lo que Dios está haciendo en un momento determinado, no quiere decir que no lo vayas a comprender más tarde. "...A los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien..." 5) No dejes que la amargura se apodere de tí. Cuando se desvanecen las esperanzas, eso puede dar lugar al resentimiento. "...Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. Por muy profundo que parezca el pozo en que te encuentras. ¡Dios sigue estando de tu parte!.   

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