sábado, 12 de octubre de 2019

"...Mi copa está rebosando..."

                                               Pablo escribe: "...Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos..." ¡Nuestro Dios es un Dios de abundancia! En las Escrituras, la copa rebosante era un símbolo muy elocuente. Mientras tu copa estaba llena, eras bienvenido. Pero si se quedaba vacía, el anfitrión te estaba indicando que era hora de marcharse
Si de verdad disfrutaba de tu compañía, te seguía llenando la copa hasta que rebosaba  y el líquido caía en la mesa. ¿Está tu copa rebosando en este día? Significa que eres bienvenido a la mesa de Dios, que tu lugar está reservado y nadie te lo puede quitar, y que tus necesidades serán suplidas en abundancia.
                                                Alguien escribió: "Sea cual sea la clase de bendición de tu copa, seguro que va a rebosar. Con Dios siempre se te servirá el ternero más gordo, serás vestido con la mejor túnica, el gozo será indescriptible, la paz sobrepasará a todo entendimiento. Dios se caracteriza por su abundancia rebosante." Por consiguiente no debemos preocuparnos de cómo llegar a fin de mes, porque nuestra copa rebosa. Tomemos el ejemplo de la gracia: "...Cuanto más creció el pecado, mucho más derramó Dios sobre todos su gracia y su perdón". Abundar significa tener un excedente. La copa que Dios nos dá está sobrada de misericordia. ¿Temes que se vaya a vaciar? ¿o que vaya a expirar la garantía? ¿o que tus errores sean demasiado grandes?. ¡En absoluto! Antes de ser cristiano, Pablo iba por ahí, persiguiendo y matando a los cristianos. Y sin embargo escribió: "...La gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí con abundancia..." Cualquiera que sea tu necesidad hoy, Dios la puede suplir abundantemente. Por lo tanto, pídele, creyendo que te será propicio.    

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