miércoles, 23 de octubre de 2019

No pierdas tu paz

                                                Perdemos la tranquilidad del espíritu por cuatro razones: 1) Intentamos cambiar a nuestros seres queridos. Conforme avanzas en la vida y maduras, te das cuenta de que no puedes cambia a a a nadie; ¡sólo Dios puede hacerlo! Y Él actúa cuando tú te haces a un lado y los amas tal como son. Eso no significa estar de acuerdo con todo lo que hacen, sino decidir amarlos, pase lo que pase, reclamando las promesas de Dios para sus vidas y dejando que Él  intervenga a Su manera, en Su tiempo y para Su gloria. La razón por la que te sientes agobiado, tal vez sea porque estás tratando de hacer algo ahí donde no te corresponde. 2) Hacemos que ocurran las cosas cuando no es el tiempo debido. "Todo tiene su tiempo..."  Si has criado hijos, sabrás que una de sus características principales es su impaciencia: lo quieren todo instantáneamente. Dios quiere que dejemos nuestras actitudes infantiles y para ello nos deja que esperemos , confiemos y maduremos. 3) Nos disgustamos porque no progresamos lo bastante rápido. Es verdad que si descuidas tu crecimiento espiritual, éste se resentirá, pero en última instancia "nosotros todos...somos transformados...por la acción del Espíritu del Señor" Aprende a disfrutar de la vida mientras  Dios se ocupa de rus problemas, ¡porque siempre habrá problemas! 4) Cada vez nos exigimos más a nosotros mismos. Hacemos lo que creemos que Dios quiere sin consultarle qué es lo que en realidad Él quiere que hagamos o cómo debemos hacerlo. Y acabamos quemándonos. ¿Cuál es la solución? "Tú guardarás en completa paz  a aquel cuyo pensamiento en tí persevera, porque en tí ha confiado".   

No hay comentarios:

Publicar un comentario