domingo, 20 de octubre de 2019

Seguir los pasos de Jesús (1)

                                               Si desea seguir los pasos de Jesús, observa lo siguiente en Él: 1) Nunca se apresuró para hacer nada. Ni tomó decisiones coaccionado por las tácticas de presión de otros.Los buenos negociadores son conscientes de que saber esperar es un arma; el que más se precipita, por lo general acaba con la peor parte. El proceso de espera desvela los puntos vulnerables de cada plan y los motivos de las personas que te rodean. La impaciencia será la causante de tus peores errores; por lo tanto piensa a largo plazo. 2) Sabía cuándo trabajar y cuándo descansar. En la tormenta del Mar de Galilea, los discípulos sudaron la gota gorda faenando mientras que Jesús dormía. En el huerto de Getsemaní, los discípulos dormían y Jesús sudaba. Porque sabía cuando era pertinente trabajar y cuándo descansar. Para poder hacer la voluntad de Dios y no quemarte, debes aprender el secreto de discernir los momentos de actuar y los de confiar, en que asuntos debes de inmiscuirte y cuáles debes dejar en las manos de Dios.
                                               Nadie estaba más ocupado que Jesús. Todo el mundo lo reclamaba. Cuanto más éxito tengas, más gente va a querer algo de ti. Jesús se apartó para poder recibir; entendió que no se puede dar lo que no se tiene. El trabajo es dar, el descanso recibir. Jesús halló el equilibrio y por eso logró hacer tanto en sólo tres años. Cuando estás descansando, tu mente se encuentra más despejada y tomas mejores decisiones, ves la vida con ojos de confianza, rindes más y lo que edificas es duradero. Haz un alto en medio de tu apresuramiento diario. Para seguir los pasos de Jesús tienes que ser dirigido,¡pero no arrastrado!

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