martes, 3 de septiembre de 2024

Cómo agradar a Dios

                                 Llegamos a parecernos a la gente con la que pasamos la mayor parte del tiempo, así que elige cuidadosamente las amistades. Si pasas mucho tiempo con personas irritables y resentidas te arriesgan a convertirte en alguien resentido e irritable tú también. Porque las actitudes son contagiosas. Aquí damos un perfecto ejemplo que ilustra lo anterior. Un hombre compraba todos los días el periódico en su quiosco. Siempre saludaba al vendedor por su amabilidad. Pero a cambio recibía un trato descortés y maleducado; el vendedor casi le arrojaba el periódico a la cara. El hombre sin embargo le sonreía amablemente y le deseaba un buen día. Esto sucedió durante varios días hasta que un amigo se dio cuenta y le preguntó. ¿Siempre te trata así de mal? El primero respondió 'Lamentablemente sí' El amigo insistió '¿ Y tú eres siempre tan educado y amable con él?' Si," respondió el otro. '¿Por qué eres tan amable cuando él es tan maleducado contigo? siguió el amigo: El primero concluyó 'Porque no quiero que él dicte mi comportamiento' .

                                  La Biblia dice: "Si se os golpeara por ser culpables, ¿ qué mérito tendría vuestro aguante? Pero que sufráis y aguantéis aún habiendo hecho el bien, es cosa que agrada a Dios. Precisamente a eso habéis sido llamados: a seguir las huellos de Cristo, que padeciendo por vosotros, os dejó un modelo que imitar, Cristo, que ni cometió pecado ni se encontró mentira en sus labios. Cuando lo injuriaban, no respondía  con injurias, sino que sufría sin amenazar y se ponía en manos de Dios, que juzga con justicia".  Así es como agradas a Dios.

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