A veces tu hijo de la promesa va a meterse en todo tipo de problemas en el colegio, se va a rodear de malas amistades y va a experimentar con drogas, alcohol, pandillas, sexo, etc. Tal vez se revele contra todo lo que tú le has enseñado. Pero eso no significa que un día no vaya a responder a Dios y a Su voluntad. Antes de que Saulo de Tarso se convirtiera en apóstol de Dios tuvo que arrojarlo del caballo, humillarlo delante de sus acompañantes y cegarlo durante un tiempo. ¿Recuerdas lo que dijo Jesús a Pablo de Tarso en el camino de Damasco? "...Dura cosa te es dar coces contra el aguijón" A veces tu hijo de la promesa volverá a Dios fácilmente ,otras lo hará llorando y pataleando, y el cambio no va a ser repentino.
Dios llevó a Pablo al desierto durante tres años para purificarle de su forma de pensar errónea y reprogramarle con la verdad de la Palabra, porque era necesario equiparlo cumplir su misión. Así que cuando parezca que tu hijo de la promesa está perdido en el desierto, ciego a su destino o totalmente arrastrado no desesperes. Dios sigue actuando en él. ¿Qué debes hacer? Dios dijo: "Busqué entre ellos un hombre (o mujer) que levantara una muralla y que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de..." Levanta en oración una muralla de protección alrededor de tu hijo. Ponte en la brecha y proclama la Palabra de Dios sobre él. Jesús prometió que cuando oras con autoridad aquí en la tierra Él va a mover el cielo para bendecirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario