martes, 24 de diciembre de 2013

Aviva el don que tienes

                                                          Dios te dio ese talento que tienes, pero a ti te corresponde desarrollarlo. Y no debería ser algo tan complicado, porque normalmente tu don está relacionado con algo que te apasiona. El Dios que te hizo, puso los anhelos en tu corazón. Ser consciente de esa verdad te ayudará a entender por qué las cosas que te resultan gratificantes son aquellas en las que usas tus capacidades y habilidades innatas. Alguien escribió: "Lo natural de un perro de caza es cazar.
Si lo dejas en espacios pequeños, pasará el tiempo tumbado y aletargado. Pero cuando entiende que va a ir de caza, se espabila; porque Dios creó así a esa raza de perros; llevan dentro esa pasión y no necesitan animarse, ni escuchar un sermón o un mensaje positivo para avivarse y motivarse.
                                                           Cuando los perros van a cazar, se ponen muy excitados; es instintivo para ellos...y cuando hacemos aquello para lo que hemos sido llamados, el entusiasmo y la motivación se desprenden de forma natural también. A lo mejor no saltamos como los perros, pero en nuestro interior sabemos que para eso hemos nacido y hemos sido llamados. Y por el contrario si haces algo que no te resulta natural, es una lucha continua. Si intentas hacer algo, te capacitas  y te esfuerzas, pero aún así no dominas esa destreza determinada, es hora de reconocer que quizás eso no sea para ti. Es verdad que debemos perseverar...esforzarnos y aprender cosas que no nos agradan...pero por lo general la vida no debería de ser siempre un camino cuesta arriba".Cuando cumples el propósito para el que has sido llamado, una de las consecuencias más notables es lo gratificante que resulta, cuando usas tus capacidades naturales. 

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