¿Ha sido destruido tu nido en una tormenta? ¿Has perdido a tu compañero?. Nos hace sonreír la historia de una chica soltera que colgó un par de pantalones en los postes de su cama y escribió una carta a Dios en la que decía: "Padre celestial, aytúdame si puedes. He colgado unos pantalones aquí, por favor llénalos con un hombre". En serio, la soledad puede ser devastadora y afectar a tu autoestima. Los jóvenes se preguntan si algún día encontrarán a la persona adecuada para casarse. Los mayores temen acabar la vida solos.
El Dios que sabía que Adán de algún modo estaba incompleto, no solo creó a Eva, sino que los presentó el uno al otro y los puso juntos.Y Él puede hacer lo mismo contigo. Si eres viudo, divorciado o soltero y te gustaría encontrar una buena pareja, no te angusties. Dios conoce tu nombre, dirección y todo dato de tu vida. Y lo que es mas importante ¡se interesa por ti! Un pensamiento final: a veces la soledad no es la ausencia de afecto, sino de dirección; no es la ausencia de amistades sino de propósito. Empieza a acercarte a otros, busca un área de necesidad que nadie esté cumpliendo, dedícate de lleno a ello y verás como las cosas también mejoran para ti.
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