viernes, 13 de diciembre de 2013

Tu refugio contra las tormentas (2)

                                                            Para estar preparado para las tormentas de la vida, tienes que: Conocer bien tu manual para las tormentas. Tener una fe basada en las emociones es como llevar una muleta rota; no te va a sostener en las calamidades. Superar las tormentas de la vida depende de tu disposición a "(oír) estas palabras y (ponerlas) en práctica..." Cuando llegó la prueba, dijo Job: "Guardé las palabras de su boca más que mi comida".
                                                            Ejercer dominio propio. A los indisciplinados y dados a los excesos les cuesta mucho más superar las tormentas. Es un espejismo creer que la vida puede ser un camino de rosas fácil y sin dolor, y eso te hace vulnerable al desánimo, la desilusión y la derrota en los momentos difíciles. Los tiempos duros pasan, pero las personas duras permanecen. Éstas ejercen dominio propio y autodisciplina, cualidades que son como músculos espirituales para enfrentar las vicisitudes. Los buenos atletas saben que es su propia condición física, y no las condiciones reinantes, lo que les conduce a la victoria.
                                                             Depender de Dios y no de la gente. Es verdad que otros podrán ayudarte, así como la escayola ayuda a la pierna rota. Pero una vez que la pierna está lista para soportar el peso, tienes que deshacerte de la escayola, de lo contrario nunca se recuperaría por completo. Las personas pueden ayudarte hasta cierto punto, pero únicamente Dios irá contigo hasta el final.

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