Susana era el único miembro de la familia motivada para cambiar las cosas. Su marido, un piloto militar, estaba fuera durante meses, mientras ella llevaba sola la casa y a los hijos. Sus repetidos esfuerzos para cambiarle a él y a los hijos habían fracasado miserablemente. Asistió a un consejero, quien le hizo ver que seguir haciendo lo mismo no daría resultados diferentes
y le aconsejó que se centrara en lo que sí podía cambiar:¡ su reacción ante las cosas ! El consejero le animó a "desertar" dentro del hogar y dejar de lado toda la "sobrecarga" que llevaba. Ella les pidió a los miembros de la familia que se responsabilizaran de sus platos sucios, su ropa de ordenar sus habitaciones, etc. Y Susana usó el tiempo que le quedaba libre para hacer algo que siempre había deseado: tomar clases de canto. Claro que al principio resultó muy difícil no ir detrás de todos ordenando la casa y cumpliendo las responsabilidades de todos.
Al inicio del proceso, cuando nadie se ocupaba de las tareas domésticas y "el desorden parecía intolerable", estuvo muy tentada a ceder y a volver a "su antiguo trabajo". Pero luego en el momento perfecto, leyó un libro acerca de romper la barrera del sonido. Los pilotos que lo habían intentado, siempre desistían cuando el avión vibraba de forma violenta; hasta que el astronauta Chuck Yeager se dijo a sí mismo: ' A lo mejor, una vez que pasas esos momentos de turbulencia, viene la calma'. Yeager aceleró ahí donde otros reducían la velocidad y fue capaz de romper la barrera del sonido y acceder a la calma del otro lado. Después de un fin de semana de constante crítica por parte de la familia, Susana "aceleró" persistiendo en contra de sus instintos. Le llevó tiempo, pero por fin los niños dejaron de quejarse y empezaron a responsabilizarse de algunas cosas, y su marido aceptó menos viajes a otros lugares . "Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario