lunes, 14 de abril de 2014

Controla tu lengua

                                                        ¿ Sabías que somos como los gatos? Nos lamemos con nuestra propia lengua. Cuando alguien difunde rumores, ten cuidado con esa persona. ¿Por qué? Porque si te habla a ti de otro, también hablará a otros de ti. La Biblia nos advierte tres cosas: 1) Una lengua suelta. ¿Te has fijado en los que hablan sin pensar? ¡Más se puede esperar de un necio que de gente así!. Si te tomaras el tiempo de examinar los hechos antes de hablar, muchas veces dirías algo diferente. Ana oró con tanta pasión por un hijo que Elí, el sumo sacerdote pensaba que estaba borracha. Después tuvo un hijo al que puso de nombre Samuel. Así que piensa, o incluso mejor, ora antes de precipitarte en sacar conclusiones.
                                                           2) Una lengua aduladora. "...No hay en su boca rectitud...con su lengua lisonjean" Dí lo que piensas de verdad y sé consecuente lo que dices. Sé genuino. Cuando adulas a alguien, lo manipulas para tus propios fines. No lo hagas. Háblale con sinceridad si lo quieres bien. 3) Una lengua criticona. Jesús dijo: "No juzguéis, para que no seáis juzgados, y con la medida que medís se os medira" A lo largo de la vida tú también serás culpable de muchas cosas que criticas tan a la ligera cuando las hacen otros. Y recuerda que del modo que trates a los demás, te tratará Dios a ti.         

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