jueves, 24 de abril de 2014

"...LA FE...SI NO TIENE OBRAS, ESTÁ...MUERTA"

                                                         La madre Teresa, dijo: ' La gran enfermedad de este siglo no es la lepra ni el cáncer, sino el saber que nadie se preocupa por ti, el no sentirte querido, el estar abandonado y solo'. Para remediarlo, pasó su vida rescatando niños enfermos y tratando con dignidad a los moribundos. Cuando le preguntaron por qué lo hacia ella respondió: 'Porque Jesús lo hizo'. ¡Qué gran respuesta! Cuando ocurren varias catástrofes en el mundo a la vez, las organizaciones humanitarias dicen que sufrimos de "fatiga de donar". Añadamos otra "fatiga de compasión". El filósofo Manuel de Unamuno escribió: "Calor, calor, más calor todavía que nos morimos de frío y no de oscuridad.La noche no mata; mata el hielo".
                                                             Reflexiona sobre esto: de los 1.189 capítulos que tiene la Biblia, 250 contienen las palabras de los profetas. Es prácticamente el 25 por ciento. La mitad de lo que dicen denuncia el pecado y la otra mitad condena a quienes ven el sufrimiento humano y no hacen nada al respecto. Y sin embargo los acontecimientos que horrorizaban a los profetas suceden a diario en nuestro mundo, y ni nos inmutamos. Es como llevar un reloj; te acostumbras a él y después de un rato ni te das cuentas de que lo llevas. ¡Pero los profetas sí que se daban cuenta! Nunca se insensibilizaron al pecado ni al sufrimiento humano. Y tú tampoco debes de hacerlo. A lo mejor te justificas: Pero mi prioridad ahora mismo es edificar mi fe'. Eso está bien, pero no te olvides de que "la fe si no tiene obras está muerta".

No hay comentarios:

Publicar un comentario