miércoles, 30 de abril de 2014

La soledad del que dirige

                                                       Identifica tus puntos fuertes y delega el resto a quienes sean mejores que tú en algo. Todo líder es responsable de áreas en las que tiene poca o ninguna competencia. Pero cuando intentan ejercer autoridad en esos ámbitos, son un estorbo para todo y para todos los que están a su cargo. Hablando claro, hay cosas bajo tu área de responsabilidad que no se te dan bien y en las que no debieras inmiscuirte, sino cedérselas a otros.
                                                         ¿Por qué nos cuesta tanto hacerlo? Por orgullo. El éxito intoxica y quienes se intoxican no piensan claramente. Pensamos que somos mejores de lo que somos. Admitir que hay áreas débiles no te hace menos eficiente; solo confirma lo que ya saben todos a tu alrededor. Por ignorancia. Nos sentimos mal por delegar las áreas en las que somos débiles porque  consideramos que todo el mundo odia hacer lo que nosotros odiamos. Pero no es así; tus puntos débiles pueden ser los puntos fuertes de alguien y con ellos se podrá destacar; es decir, tus limitaciones son sus oportunidades.
                                                          Por independencia. No pensamos que si el trabajo se tiene que hacer "bien", debemos hacerlo nosotros. Sin embargo, el dirigir no consiste únicamente en que se lleven a cabo las cosas, sino que sea hechas por los mas aptos. Si no encuentras a nadie que realice ciertas tareas, ¡mírate en el espejo! Tus subordinados están donde tú les has dejado llegar. Si no tienes a nadie en quien delegar ciertas cosas, adivina: ¿quien tiene que cambiar?.    

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