El crecimiento espiritual no se da de forma automática. Tienes que desearlo, decidirlo, seguir unas normas para ello y disfrutar del proceso. A lo mejor piensas "Mi vida es demasiado dura". Pues hay muchos que lo están pasando peor que tú y están creciendo espiritualmente, y otros muchos a quien les ha ido muy bien y siguen siendo niños espirituales. La falta de crecimiento de los segundos se debe a que dudaron de su capacidad de madurar, se movieron a donde les llevaba la corriente o retrasaron el proceso, pensando "Ya lo haré más adelante" Pero al final nunca pasa nada. El crecimiento comienza con una decisión. Y eso es lo único que necesitas: decidirte. Lo que más condiciona el rumbo de tu vida son las decisiones que tomas. Si quieres saber lo que vas a ser dentro de veinte o treinta años, examina tu escala de prioridades y los compromisos que rifen tu vida ahora. Nos perdemos lo mejor de Dios porque nos falta compromiso. Debido a que tenemos miedo a involucrarnos de lleno en algo, hacemos muchas cosas pero todas a medias, y acabamos frustrados porque escogemos lo que no nos conviene. Y cuando nos comprometemos con las cosas inapropiadas, acabamos lamentándolo. Toda elección tiene sus consecuencias, así que elige sabiamente. Si quieres parecerte a Cristo, debes tomar decisiones que Él tomaría, y luego depender de Él para que ayude a cumplirlas.¡Y te ayudará!.
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