viernes, 4 de abril de 2014

"...Hablad cada uno a su prójimo con la verdad..."

                                                          Jesús dijo: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres..." Pero en el proceso, la verdad te puede hacer daño...Una escritora comenta: "La verdad puede ser muy incómoda. Hay momentos clave donde necesitamos ser valientes y decirla, o actuar en base a ella. En esos momentos se forja el carácter y se refuerzan las relaciones.
                                                           Una tarde de verano un grupo de mis compañeras de estudio y yo decidimos montar a los niños en el coche e irnos a pasar la noche al chalet de una de nosotras. Otra amiga que no había sido invitada llamó a la conductora del primer vehículo de la caravana `para ver si podían verse. La amiga se puso nerviosa, y puesto que no quería herirla, le dijo que no podía porque tenía que hacer otra cosa; fue una mentira de omisión, dicha para no herir los sentimientos y preservar la relación. A los pocos minutos yo llamé a la misma amiga, sin saberlo, para decirle que un grupo de nosotras iba al chalet y que nos veníamos el día siguiente...De repente se hizo un silencio en el teléfono. Ella estaba muy herida por no haber sido invitada...y porque la otra amiga le había mentido. Hubiera preferido la verdad, aunque le hubiera dolido, a la decepción.
                                                               Las normas sociales nos han condicionado a ser amables y no incomodar a nadie; por ello, lo primero que tenemos que hacer es "desaprender"algunos conceptos aprendidos acerca de la verdad. Mas tarde cuando nos reunimos en el estudio, hablamos del incidente. Todos nos beneficiamos en la discusión y aprendimos algo muy importante: aunque duela, la amistad se profundiza en el terreno fértil de la sinceridad".
  
                                                          

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