Si tienes una idea general de tu visión, quizás te sientas tentado a crear tu propia estrategia inmediatamente. No lo hagas todavía...empieza describiendo con detalle tu sueño. Deja volar la imaginación y anota todo lo que se te ocurra. No te detengas hasta que dispongas de más elementos de los que necesitas . Luego evalúa lo que has escrito y asegúrate de que sea algo factible. Pero no te preocupes todavía de cómo lo vas a alcanzar. Sé audaz, sé valiente, ¡sueña a lo grande! El paso siguiente es tratar de resumir por escrito tus anhelos...no esperes hacer todo el proceso de una sentada; para la mayoría de la gente eso es imposible; dedícale su tiempo.
Tal vez necesites hacer un pequeño retiro para empezar el proceso. Si puedes alejarte de la rutina y de tu entorno habitual por un par de días, seguro que cumplirás el objetivo. Si note es posible, dedícale un día a soñar despierto y luego repite el ejercicio durante unas horas la semanas siguientes. No olvides tu meta: hacer que tu sueño sea lo mas claro y específico posible. Luego tenlo presente para que lo puedas recordar a diario.
Los sueños dados por Dios siempre son mayores de lo que tú puedes realizar. Jericó le pareció muy grande a Josúe; Goliat le pareció enorme a David. Pero ningún sueño es más grande que Dios. No te impacientes, porque "...la visión...se cumplirá a su tiempo, no fallará. Aunque tarde, espérala..." Y no dejes que las circunstancias te desanimen. Confía en Dios y llegarás a ver cumplidos tus deseos.
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