La mentalidad consiste en patrones mediante los cuales la mente opera automáticamente de una forma determinada. Eso significa que acabarás frustrado si respondes siempre de la misma manera a la misma gente y ante las mismas circunstancias, pero esperando obtener resultados distintos. Quizás estés pensando 'Después de todos estos años creí que él cambiaría'...'Da igual cuanto me esfuerce, mi familia no me aprecia'...¿Cómo es que yo soy el único que me esfuerzo por mantener el contacto ?'.Es fácil echar la culpa de tus problemas a otros. Por ejemplo:'Mira lo que hace. Mira cuanto he esperado. ¿Por qué no me llama ella?'. Creemos que la solución está en que la otra persona haga lo que queremos, pero esa manera de pensar es contraproducente, puesto que les otorga el control a otros. Tu felicidad no depende de otros, aunque te hayas auto convencido de que es así.
Un veterano consejero escribió: 'Si no te gustan los mismos resultados que ves...prueba a pulsar otro botón. Fíjate en tus relaciones personales. ¿Hay alguna situación que vaya de capa caída pese a haberlo dado todo? ¿Estás esperando a que cambien las cosas en lugar de hacer algo distinto? Deja de pulsar el mismo botón y pídele a Dios claridad para ver la situación con franqueza y para actuar con sabiduría y responsabilidad'. No eres víctima de tus circunstancias; no tienes porqué quedarte atascado o seguir dando vueltas sin sentido. Pablo dijo: "En cuanto a la pasada manera de vivir...despojaos...renovaos en el espíritu de vuestra mente". La palabra de hoy para ti es: ¡Puedes cambiar!.
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