Cuando el rey de Israel necesitaba una estrategia para derrotar a los sirios, acudió al profeta Eliseo, quien le dijo: "...Toma un arco y unas flechas..." Así que tomó un arco y unas flechas . Luego le dijo el profeta al rey; "...Pon tu mano sobre el arco...." Lo cual hizo, y Eliseo colocó sus manos encima de las del rey. Luego dijo: "...Abre la ventana que da al oriente..." y el rey la abrió. Luego Eliseo dijo: "Tira", y el rey tiró. Y el profeta añadió: "...Flecha de salvación del Señor y flecha de salvación contra Siria. Tú herirás a los sirios hasta exterminarlos..." Luego le pidió: "... Golpea la tierra...", el rey la golpeó tres veces y luego paró. El hombre de Dios se enojó y le dijo: "...De dar cinco o seis golpes, habrías derrotado a Siria hasta no quedar ninguno, pero ahora derrotarás a Siria sólo tres veces".
¿Qué le estás `pidiendo a Dios que haga? ¿Salvar a un ser querido? ¿Provisión económica? ¿Ayuda para dejar una adicción? ¿Éxito en tu carrera? Averigua lo que Dios te ha prometido en su Palabra y usa esas promesas como flechas. Apunta a tu problema, dispara y sigue disparando hasta que Dios intervenga. Si algo se puede aprender del relato anterior es esto: hay situaciones en la vida cuando la fe y la persistencia no sólo determinan la victoria, sino también el grado de la misma. Por lo tanto, apunta, dispara y sigue disparando.
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