lunes, 3 de febrero de 2020

Sé humilde

                                          Una de las razones por la que Dios escogió a Juan el Bautista como precursor de Jesús es que era humilde. Se presentaba sencillamente como "voz...que clama en el desierto...", sin pretenciosos preámbulos ni títulos rimbombantes. Hubo muchos santos distinguidos antes de Juan, pero Jesús dijo: "...Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que él..." Juan no tenía motivos ulteriores ni un gran ego; su mensaje era: "Es necesario que él crezca, y que yo disminuya".
                                             Alguien escribe: "El orgullo es el pecado de competir con Dios...te hace autosuficiente, egocéntrico, arrogante, independiente, vanaglorioso, muy seguro de tí mismo y motivado por interés personal." Hace que no seas digno de fiar, porque nadie te tiene que decir lo que tienes que hacer...poco amoroso, porque no te quieres sacrificar por nadie...poco enseñable porque nadie puede corregirte...competitivo, porque siempre tratas de ser mejor que los demás. Ser humilde significa que no siempre te tienes que hacer de rogar para que hagas algo y luego ser reconocido por hacerlo...sino que tú mismo tomes la iniciativa de servir".
                                                 Alguien le preguntó a Hudson Taylor: ¿Es usted consciente de la manera en la que Dios le ha prosperado en su Misión a la China? Seguro que nadie ha logrado semejante honor'. Taylor respondió: 'Yo no lo veo así. Creo que Dios debe haber estado buscando a alguien lo bastante pequeño y débil para que toda la gloria fuera suya...y me encontró a mí.' En resumen "...Dios se opone a los soberbios, pero bendice con su gracia a los humildes" ¡Sé humilde!.   

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