viernes, 21 de febrero de 2020

Cuidado con lo que hablas (1)

                                            Tu lengua puede ser fuente de gran bendición, porque puede brindar dos cosas que se necesitan. Primero, imparte sabiduría. "De la boca del justo brota la sabiduría...Los labios del justo saben decir lo que agrada..." Pablo dijo a Timoteo: "Lo que has oído de mi ...esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros". âsa lo que Dios te ha enseñado a los que necesitan guía y están hambrientos de sabiduría. No trates de imponerte. pero tampoco te retraigas; comparte con ellos lo que Dios ha compartido contigo. Si le das un pez a un hombre hambriento, comerá un día.Si le enseñas a pescar, comerá toda la vida.
                                            Segundo, tu lengua puede llevar corrección. A nadie le gusta que le corrijan, pero ten en cuenta lo siguiente: "El oído que escucha las amonestaciones de la vida, morará entre los sabios. El que desprecia la disciplina se menosprecia a sí mismo; el que escucha la corrección adquiere inteligencia...y a la honra precede la humildad". A nadie le gusta que le rechacen por decir las verdades, sin embargo "...confiables es el amigo que hiere...." Aquí operan tres principios importantes. Primero, hablas la verdad cuando eres amigo. Si no lo eres, deja que sea otro quien diga las verdades. Tienes que ganarte ese derecho. Segundo, el decir la verdad no te autoriza a herir. El verdadero amigo tiene en cuenta  los sentimientos del otro y habla la verdad en amor. Tercero, en su día llegará el reconocimiento,  pero es posible que se demore . "El tiempo te demostrará que vale más una crítica sincera que un elogio". 

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