Juan relata en su evangelio: Estaban en pié los siervos y guardias que habían encendido un fuego...con ellos estaba Pedro...u le preguntaron ¿No eres tú de sus discípulos ? Él negó y dijo ¡No lo soy!. Unas horas antes el mismo Pedro había sacado su espada para defender a Jesús; pero ahora lo niega. ¿Te ha ocurrido eso alguna vez? Sucumbir bajo presión ¿Qué haces en tales casos? Tal vez lo justifiques: 'Todos fallamos alguna vez, no tiene importancia' O lo niegues. ¿Caer yo? ¿Estás bromeando? ¡Yo no! O lo distorsiones. 'No me mires a mi, fué culpa suya'- Pero hay una alternativa mejor reconocer abiertamente el problema. Cuando Federico el Grande visitó la cárcel de Potsdam, todos los reclusos se declararon inocentes. Sólo uno dijo: 'Soy culpable merezco mi castigo' Cuando el emperador oyó esa confesión, dijo al carcelero: 'Déjenlo en libertad rápìdo, ráòdo antes de que corrompa a todos estos hombres inocentes' La Biblia dice: 'Y no hay cosa creada que no se manifieste en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta'. La confesión no consiste simplemente en decir a Dios lo que ha hecho; Él ya lo sabe. Consiste en reconocer que esta mal y pedir perdón , Dios no puede sanar lo que no quieres revelar, ni limpiar lo que no estas dispuesto a confesar.
Aquella noche Pedro se encontró entre dos fuegos: el primero era la hoguera que habían hecho los soldados antes de la crucifixión . El segundo era el que Jesús encendió en su corazón después de su resurrección . En el primer fuego, Pedro negó a Jesús, en el segundo lo reconoció como Señor . Pero en medio de esos dos, hubo dos experiencias que le cambiaron la vida: sus lágrimas y la cruz de Cristo. Cuando tus lágrimas de arrepentimiento se encuentran con el perdón de Cristo, tu culpa es perdonada y descubres una nueva felicidad,
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