Promover la confianza y la intimidad en la comunicación requiere: 1) Esforzarte para crear esa confianza. Esta no es un derecho; es un privilegio que ganas al demostrar que eres digno de ella. No hacemos muchos caso a los políticos que dicen "Podéis contar conmigo", a menos que hayan cumplido con lo que prometieron antes. El baremo de Jesucristo para la confianza fue ....creedme por las mismas obras" Ciertos estudios de psicología social indican que hablar despacio y con amabilidad incrementa la receptividad en el oyente y su respeto por ti. El tono de voz es muy importante. La Universidad de Houston llevó a cabo una investigación que concluyó que si se baja el tono de voz y se habla despacio el interlocutor responde con mayor apertura y confianza. Estas conclusiones han ayudado a los oncólogos a presentar malas noticias a los pacientes de modo más empático. Cuando los médicos hablan más despacio y bajan el tono de voz, los pacientes los perciben como que se preocupan más y son más compasivos. La Biblia llama a esto: 'la respuesta suave' , y también funcionará si tú lo aplicas.
2) Entrenar tu cerebro a saber escuchar. Escuchar debidamente no es fácil, porque tendemos a centrarnos en nosotros mismos y nuestros intereses, dirigidos por nuestros monólogos internos Hay estudios que demuestran que la persona media interrumpe a su oyente antes de que éste acabe. Hasta los médicos, que han sido entrenados para saber escuchar con el fin de obtener información médica importante, tienden a interrumpir a los pacientes después de 23 segundos, mucho antes de que éstos hayan expresado lo que necesitan. Entrénate a prestarle atención a la otra persona, sus palabras son expresiones faciales y su lenguaje corporal. En pocas semanas podrás llegar a ser un comunicador en quien confía la gente.
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