viernes, 4 de diciembre de 2015

Siempre hay algo que agradecer

                                                           Se cuenta la historia de un chico de doce años que no había dicho una palabra en su vida. Los padres creían que era mudo. Un día, la madre le puso un cuenco de sopa delante y el niño tomó una cucharada, apartó el cuenco y dijo ¡está asqueroso! ¡no me lo como!. La familia estaba eufórica de alegría. El padre le preguntó ¿Por qué no nos has hablado antes,hijo?, a lo que el muchacho respondió: 'Porque hasta ahora todo ha ido bien'. La única vez que hablamos es para quejarnos. Tal vez piensas que no tienes nada que agradecer. ¿En serio?
                                                            Si duermes ocho horas cada noche , debes de saber que hay millones de insomnes que estarían contentísimos de cambiarte el puesto. Si tienes trabajo, un techo y tres comidas al día , hay millones de desempleados a los que les gustaría tener tu problema. Si eres capaz de levantarte por la mañana y hacer tus cosas durante el día sin molestias físicas, has sido bendecido con el regalo de la salud, sin él si que tendrías motivos para quejarte. ¿ Y qué precio le pondrías a tu salvación? . Tus pecados han sido perdonandos, estás en paz con Dios y cuando mueras tendrás un hogar en el cielo. Claro que tenemos pruebas y días malos,pero no insultes a Dios ni menosprecies Sus bendiciones diciendo que no tienes nada que agradecer.Es hora que te digas a ti mismo como David: "Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios".       

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