jueves, 4 de junio de 2020

Elías (3)

                                                Todo triunfo importante comenzó con alguien que dió un pequeño paso o sembró una pequeña semilla, que por lo general era todo lo que podía aportar en ese momento. Dicho de otra manera; la mayoría de las grandes empresas tuvieron comienzos humildes. Si no estás dispuesto a empezar con poco, ¡nunca podrás empezar con nada! El criado de Elías le dijo varias veces que no ocurría nada, hasta que por fin vió algo. No era más que una nubecilla, pero con un gran potencial. A dios le gusta usar las cosas que nosotros consideramos insignificantes: la comida de un niño para alimentar a multitudes, una honda para derribar a un gigante y un poco de arcilla para restituir la vista a un ciego. Él puede usar un trabajo sin importancia, un poco de dinero o una idea sencilla para bendecirte. Cuando Dios te promete algo, no necesita nada grandioso para hacerlo realidad.
                                                  A menudo los cambios de gran repercusión tienen su origen en un individuo
Ya sea una Esther, un Pablo, una Madre Teresa o un Billy Graham, lo único que Dios necesita es alguien que crea de verdad en Él y se atreva a arriesgarse, respaldado por su Palabra. Cuando Dios derrame de su bendición sobre ti empezarás a ver tres cosas: Primero, que tus problemas no son más que oportunidades para "...mostrar su poder a (tu) favor..." Segundo, que "...(su) poder se perfecciona en la debilidad" 
Tercero, llegará el momento en que des gracias a Dios por tus enemigos, porque Él "prepara una mesa"
y te vengará delante de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario