martes, 2 de junio de 2020

"...Ya se oye el ruido de la lluvia"

                                              ¿Estás pasando por un período de sequía espiritual? ¿Estás muy ocupado animando a otros mientras que tu propia vida parece venirse abajo? No eres el único. Lo mismo le sucedió a Elías, un profeta que había hecho descender fuego del cielo en el Monte Carmelo y que había derrotado a 850 falsos profetas de manera espectacular. Pero de repente se encontró en medio de una hambruna terrible
donde todo recurso humano se había agotado, y sin saber que hacer. ¿Cómo reaccionó? "...Postrándose en tierra, puso el rostro entre las rodillas". ¡Bien hecho! Elías decidió silenciar lo que estaba a su alrededor, buscar la ayuda de Dios y seguir orando hasta obtener la respuesta. Y ésta llegó con el sonido de lluvia abundante.
                                                 Destaquemos que lo que Elías oyó en su espíritu contradecía por completo a lo que percibían sus ojos y sus oídos. Su espíritu pudo sentir la lluvia antes de que cayera la primera gota en el suelo. De esto se desprende una enseñanza: Cuando Dios te habla, lo hará a tu espíritu, no a tu carne; sin embargo, lo que te dice te será más real que cualquier otra cosa que ocurra a tu alrededor. Pero está alerta, porque es probable que lo que oigas en el espíritu contradiga a lo que oigas en el intelecto, o lo que tengas en el banco, o la situación del hogar, o tu estado de salud. Elías tuvo que descartar todos los indicios que apuntaban a la "sequía". Y tú tendrás que hacer lo mismo. Cuando estés seguro de que Dios te ha prometido algo, haz caso omiso del negativismo de tu entorno, aférrate a Su Palabra y mantente firme en lo que crees.

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