sábado, 20 de junio de 2020

Llevarse bien con los demás (1)

                                           Si rompes las amistades y las relaciones cada vez que éstas pasan por momentos turbulentos, acostúmbrate a tu propia compañía, porque es la única que te va a quedar. Todas las relaciones, aún las mejores, son imperfectas y requieren cierto esfuerzo para mantenerlas. El fundamento de las mismas no puede ser el estar siempre de acuerdo en todo, sino el compromiso de amarse y la disposición a trabajar por mantener la paz. Jesús dijo: "Bienaventurados los pacificadores...." Buscar la paz e4s "trabajo duro", no obstante las recompensas son valiosas; siempre merece la pena restaurar  las relaciones. Dios quiere  que las valoremos en lugar de deshacernos de ellas cada vez que surge un problema. Pablo dijo:  "...Los creyentes de Cristo deben consolarse unos a otros y animarse con amor recíproco; deben mantenerse unidos, participar del  mismo Espíritu y vivir en mutuo afe4cto  y compasión... viviendo todos en perfecta armonía y amándoos fraternalmente , guiados por un mismo ideal y movidos por un mismo propósito".
                                        Nuestra capacidad de llevarnos bien con los demás es una señal de madurez espiritual. Dios quiere que sus hijos sean conocidos por su amor, las peleas y rencillas envían un mensaje distorsionado a un mundo que nos observa.Pablo se sintió bastante avergonzado cuando la iglesia de Corinto empezó a dividirse en facciones hostiles y los unos demandaban a los otros en los tribunales.
"Para avergonzaros lo digo..." escribió el apóstol. "¿No hay entre vosotros ni uno sólo que sea sabio para poder juzgar entre sus hermanos?", Pablo se sorprendió y se disgustó al ver que nadie era lo bastante  maduro para resolver un conflicto con calma. Por ese motivo les instó en su carta: "...Os suplico en el nombre de nuestro Señor Jesucristo...que no haya divisiones entre vosotros, sino una perfecta armonía..."      

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