jueves, 11 de junio de 2020

Prepara el salero

                                              Buscamos la felicidad de manera equivocada; queremos hallarla recibiendo, no dando. El amor da, porque esa es su naturaleza: "Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante" Fíjate en las palabras
"se entregó a sí mismo" y "sacrificio". El amor consiste en darte a tí mismo y sacrificarte para satisfacer los deseos de los demás--tanto prácticas como espirituales. Algunos somos tan religiosos que no entendemos el valor de ayudar a las personas en sus necesidades diarias. El amor a Dios es la raíz, pero el amor a los demás es el fruto, manifestado en ánimo,paciencia, amabilidad, cortesía,humildad, desinterés, templanza, bondad y sinceridad.
                                               Debemos esforzarnos para demostrar amor de forma práctica, sobre todo en cosas pequeñas. Jesús dijo: "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor...no sirve más para nada, sino para ser echada fuera..." La sal es como el amor, tiene propiedades para curar, purificar, preservar y enriquecer, pero no vale para nada si se guarda en el salero y no se echa. Una vida sin amor es insípida; igualmente, los actos de generosidad hechos por obligación, pero sin amor, nos dejan también vacíos.El amor es energía vital y debería ser el aliciente que nos hace levantar cada mañana. Todos los días pueden ser emocionantes y valiosos si entendemos nuestro papel de ser agentes de Dios atentos y listos a poner un poco de sal en las vidas insípidas que encontramos a nuestro alrededor.Por lo tanto ¡prepara el salero!  

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