domingo, 28 de junio de 2020

La importancia vital del amor de los padres (1)

                                            Este es el veredicto respecto a rus hijos: Lo que lleguen a ser dirá más  educación que de sus genes. La historia de Esaú y Jacob es un ejemplo típico del favoritismo, rivalidad fraternal, aceptación condicional y fracaso paterno. Estos gemelos eran como el agua y el vino. Esaú era el tipo deportivo al que le gustaba el aire libre. Jacob era tranquilo le gustaba estar en casa y era un niño sensible. Las personalidades diversas de nuestros hijos ponen en entredicho las técnicas y destrezas que pensamo tener como padres. Pero la diferencia crucial no estriba en los dos chicos, sino en los padres y en cómo se relacionaban con ellos.Isaac y Rebeca no eran de un mismo sentir como  padres, y no amaban a sus hijos incondicionalmente. Isaac a quien le gustaba la caza, prefería a Esaú. Y ahí está la clave de que la familia fuera disfuncional. El papá ponía condiciones a su amor: Si le traía un buen venado lo quería más.
                                            Existen tres clases de amor: te quiero si suples mi necesidad. te quiero porque ha suplido mi necesidad y te quiero aunque no suplas mi necesidad.Este último es el amor de Dios y el tipo de amor que necesitan de sus padres. Los padres egoístas hacen que sus hijos rengan que demostrar continuamente que son merecedores de su amor. Isaac quería Esaú cuando este hacía lo que agradaba a su padre. Pero el amor condicional, como la aprobación, es temporal. El favoritismo hace que nuestros hijos sientan "que si no hago lo que dices, y soy lo que esperas de mí, me rechazas" Esa especie de amor crea inseguridad, ansiedad, engaño, depresión ineptitud y deseos autodestructivos en los niños. Ni las notas escolares, ni la apariencia física, ni los regalos ni las capacidades deberían ser condicionadas para el amor.
Paradójicamente, el desempeño y las actitudes de los niños suelen ser ostensiblemente mejores cuando saben que son amados sin condiciones.

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