martes, 4 de agosto de 2020

Crecer gracias a los cambios (2)

                                            Alguien bromeó: "Cuando estés en un tira y afloja con un tigre, dale la soga antes de que te agarre el brazo; ¡siempre podrás comprar otra! La resistencia al cambio sólo produce úlceras, insomnio y tensión. Estas son algunas de las actitudes que tal vez necesites modificar; Deja de pensar como víctima, esperando que los demás te rescaten, te tengan compasión y te calmen. ¡Toma el timón de tu propia vida! Debes decirte que no estás desesperado y que la situación tiene remedio. La Palabra de Dios promete que: "Todo lo puedo...en Cristo..." Deja de oponerte a los cambios. En lugar de darte de golpes contra la pared de la realidad, invierte tus esfuerzos en cambiar lo que si puedes cambiar.
por ejemplo, tus actitudes y la forma de ver las cosas. Se gasta más energía aferrándose a los viejos hábitos y creencias que aceptando los nuevos. Dejar de jugar al nuevo juego con las viejas reglas.
                                           Cuando un automóvil en segunda velocidad intenta circular a 100 kilómetros por hora, sabes lo que pasa: ¡se quema el motor! Para no quemarte, debes aprender a cambiar de velocidades. Cuando varían las estaciones de la vida, o los cometidos, o las relaciones humanas, intenta adaptarte a las nuevas situaciones. Aprende a jugar con las nuevas reglas, o perderás siempre el juego.
No quieras controlar lo incontrolable. Cuando cambia la música , es hora de aprender los nuevos pasos; si no lo haces, acabarás apoyado contra la pared mirando a los que bailan. Quizás no te gusten los cambios, pero puedes aprender a fluir con ellos. "...Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros pero no desesperados...derribados pero no destruidos". 

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