jueves, 27 de agosto de 2020

Hacer aflorar lo mejor de los demás (3)

                                                Anne Sullivan, la maestra de Helen Keller (la niña ciega y sordomuda) intentó una y otra vez enseñarle el concepto de las palabras. Esta mujer inteligente trabajó incansablemente para extraer de Helen los tesoros que estaban enterrados muy dentro de su ser. La clave fue su deseo ardiente de que Helen lo consiguiera. En la película La maestra milagrosa, donde se demuestra la relación  entre alumna y tutora, vemos como Helen  empieza a florecer y ha desarrollar habilidades que mas tarde inspiran al mundo por varias generaciones. Debes entender que Dios usa las palabras de aliento, las acciones y las actitudes para fortalecer nuestra determinación interna de tener éxito. Pero para que sean efectivas, tus palabras de ánimo deben ser inmediatas, específicas y genuinas.
                                                  Un doctor que fue fundador dela famosa clínica Mayo, elogiaba a los jóvenes doctores para animarlos. Uno de ellos recordaba: "Si leíamos un ensayo en una reunión de médicos luego cuando te veía en el ascensor o en el pasillo, le daba la mano y una palmadita en la espalda diciendo. "Buen trabajo" con una mirada directa y cálida que respaldaba su sinceridad. O a veces uno o dos días más tarde recibíamos una nota que decía algo así: Querido________________: Aprendí muchas cosas que no sabía acerca del tema de _____________ en el ensayo que planteaste la otra tarde; un excelente trabajo.' Créeme , esas notas te subían la moral" Elogios, ayuda práctica, palabras de ánimo, todo eso fluye genuinamente cuando comenzamos a ver, como lo hizo Anne Sullivan con Helen Keller, el potencial escondido dentro de cada individuo. Por eso dice la Biblia: "Ninguna palabra corrompida salga se vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes" 

No hay comentarios:

Publicar un comentario