lunes, 31 de agosto de 2020

Trabaja duro para alcanzar tus metas

                                                ¿Cómo es que los fracasos destruyen a algunos y a otros les hacen más fuertes? El secreto radica tal vez, en que los últimos dejan que el fracaso se convierta en su maestro y hacen de sus derrotas oportunidades de aprender. Wilma era la hija número 22 de una familia negra de Tennessee. Había tenido polio de pequeña y por eso hubo de llevar soportes ortopédicos en las piernas hasta los nueve años. A los doce, intentó formar parte del equipo de baloncesto del colegio, pero no la admitieron. Durante el año siguiente practicó todos los días hasta que la aceptaron. Un entrenador de atletismo del colegio la descubrió un día y la persuadió a que le dejara entrenarla para ser velocista. La persistencia de la joven  le ganó una beca para la Universidad Estatal de Tennessee, donde destacó como corredora.
                                                   En 1960 formó parte del equipo olímpico de los Estados Unidos, En los cien metros tenía que competir cola alemana Jutta, que ostentaba el récord mundial en esa categoría. Pero Wilma ganó la carrera, y también la de los 200 metros. La tercera carrera de Wilma, fué la de relevos, donde de nuevo se enfrentaba con Jutta. En el momento en que la pasaron el testigo, lo dejó caer, momento que la corredora alemana aprovechó para adelantarla. Pero su espíritu luchador le hizo recoger el testigo y seguir la persecución  desesperadamente. En las últimas zancadas alcanzó a su rival y ganó su tercera medalla de oro-hazaña que ninguna otra mujer había conseguido hasta entonces. En sus años posteriores se dedicó a viajar por el mundo promoviendo causas relacionadas con la infancia y motivando a los niños con su testimonio. Les animaba así: 'Yo os aseguro que podréis lograr lo que os propongáis, siempre y cuando estéis dispuestos a trabajar duro por ello.

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