La duda es una puerta por la que Satanás entra a tu vida y trasforma "la batalla de la fe " en el "vuelo de la fe". Cuando el miedo, la confusión, el desánimo y la desesperación se anidan en ti, te roban la seguridad, el gozo y la paz. Dudar es algo humano, ¡pero también es una estratagema de Satanás! "...El que no cree a Dios, lo ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado..." Tus dudas reflejan una falta de confianza en lo que Dios dice. Entonces, ¿ cómo puedes dejar de dudar?. Del mismo modo que tratas con otros pecados : reconociendo que tienes un problema y haciendo algo para evitarlo. Las dudas no se conquistan con razonamientos ni con resistencia; sólo se rendirán a una renuncia completa y radical. Intentar superar tus dudas una a una es como que un alcohólico intente reducir la ingesta de alcohol de copa en copa. No funciona.
La solución es doble: 1) Comienza con una decisión definitiva. Para ello debes renunciar totalmente a tu derecho a dudar de cualquier cosa que Dios haya prometido. Supone decir: '¡A partir de ahora, no dudaré de Dios!'. Es creer que cuando le entregas algo, Él se lo lleva y se encarga de ello. 2) Declara por fe: '¡Señor, confío plenamente en Ti, en cada Palabra!'. ¿Te seguirán asaltando las dudas? Sí, pero en lugar de dejarlas entrar, .... (tomarás) el escudo de la fe, con que (puedas) apagar todos los dardos de fuego del maligno". No te agobies por las dudas, ni luches ni razones con ellas. Por el contrario, repite tu declaración de fe en las Escrituras dejando a un lado tus sentimientos y confiando en que Dios hará lo que dice.
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