jueves, 25 de enero de 2024

Los primeros cinco minutos

                     Lo que dices en los primeros cinco minutos puede marcar el tono de las siguientes horas. Los buenos oradores entienden que deben captar la atención de la audiencia en los primeros cinco minutos; si no, pueden perder la oportunidad de impresionar a los oyentes o de incitarles a actuar de cierta manera. Ocurre lo mismo con tu familia. Los cinco primeros minutos de la mañana pueden determinar cómo se relacione una madre con sus hijos ese día. Un gruñido o una queja mientras los niños se ponen a desayunar pueden agriar la relación familiar durante horas. La manera en que un esposo saluda a su esposa cuando llega del trabajo al final de la jornada puede influir en la comunicación que tengan durante el resto de la noche. Si dice entre dientes: '¿Otra vez pescado para cenar?', la comunicación será tensa hasta la hora de dormir.

                     ¡Pero no tiene por qué ser así en tu hogar! Cuando estás separado de tus seres queridos puedes examinar tus actitudes y cambiar de talante antes de entrar por la puerta. Está bien que compartas tus preocupaciones, pero en términos generales, deberías dejar los problemas del trabajo en el trabajo. Una pregunta: ¿Tu familia espera con ganas tu regreso a casa al final de la jornada? Si no es así, ¿por qué? Un poco de sensibilidad de tu parte puede cambiar las cosas y reportarte beneficios extraordinarios. La Biblia dice: "Un amigo ofendido es más difícil de recuperar que una ciudad fortificada. Las disputas separan a los amigos como un portón cerrado con rejas....las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida: las palabras acertadas traen satisfacción. La lengua puede traer vida o muerte...." .Recuerda: la clave está en los primeros cinco minutos.  

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