Ser el sumo sacerdote de Israel era un puesto prestigioso y Elí era la persona idónea para ocuparlo. No obstante se quedó muy corto como cabeza del hogar: "....los (hijos) no eran como su padre, porque codiciaban el dinero; aceptaban sobornos y pervertían la justicia". Como padre y líder, tienes que responder a la siguiente pregunta: Si Dios te aplicara la misma política que aplicó a Elí, ¿ qué tal te iría? Elí acabó perdiendo su credibilidad, sus hijos, su carrera y, en última instancia, su vida. No cumplió bien su papel porque cometió unos errores fundamentales.
Repasémoslos y veamos qué podemos aprender de ellos: 1) Una escala de valores equivocada. Se centró en enseñar la Palabra de Dios a la gente de la congregación pero no a sus propios hijos. 2) Expectativas erróneas. Pensaba que sus hijos aprenderían el buen camino por el mero hecho de estar bajo su techo y trabajar en la iglesia, Pero no funcionaba así.3) Mal ejemplo en el hogar. Elí no vivió en casa lo que enseñaba en el trabajo. Tenía una visión perfecta para el ámbito laboral, pero en lo que concernía a su familia, era ciego ante sus debilidades. El liderazgo en el hogar no es cuestión de poder y control, sino de "darte" a aquellos que más te deberían importar. Entonces, ¿ cómo cumples tu papel en el hogar? .
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