lunes, 5 de agosto de 2024

No intimides ni te dejes intimidar

                                       Uno de los "intimidadores" más famosos de la Biblia fue Goliat. Presumía así: " Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y las bestias del campo". Pero David no tenía "un espíritu de timidez" así que le respondió: "El Señor te entregará   hoy en mis manos, yo ye venceré y te cortaré la cabeza". Los intimidadores dan por hecho de que te vas a desanimar frente a su ataque verbal. Por eso mismo debes hacerles saber que no vas a ceder y que tienes la fuerza de Dios para resistir a sus tácticas. El plan de Dios fue que nadie dominara a nadie. Así que defiéndele hoy en Su fortaleza. Y si eres tu el intimidador, pregúntate por qué sientes la necesidad de tener poder y controlar a otros. 

                                        Quizás necesites la ayuda de un consejero profesional por un tiempo para trabajar en esa área. Muchas veces los intimidadores crecieron en un entorno caótico o negativo en el que se sintieron inútiles para cambiar las circunstancias. Por consiguiente, se prometen a sí mismos que en su vida nunca más perderán el control y por eso buscan estar al mando. Sin embargo esa supuesta fuerza no consigues más que ocultar sus miedos e inseguridades. Sea cual sea la causa, los intimidadores nunca pueden entablar una relación normal con nadie forzado a estar bajo  ellos. Ya que el espíritu de intimidación  no viene de Dios, sólo puede venir de otra fuente: satanás. Comprende que Dios tiene el control de cada aspecto de tu vida, así que ya no necesitas estar tú al mando ni ser manipulado por el comportamiento de otros.   

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