jueves, 1 de agosto de 2024

Puertas

                               Imagínate un pasillo largo y oscuro con puertas a cada lado. En cada una de ellas está escrito el nombre de una adicción: alcohol, tabaco, drogas, pornografía, juego etc. Tu hijo adolescente debe atravesar ese pasillo hacia su etapa adulta y la tentación de abrir esas puertas es muy fuerte. Puede oír el ritmo de la música y la risa estridente de sus amigos resonando al otro lado. La presión de unirse a ellos puede ser enorme. Y es muy difícil convencer a un adolescente de que debería quedarse en el pasillo oscuro si le gusta la diversión , ya que esa opción les puede parecer aburrida y anticuada.  Por desgracia, a un buen porcentaje de personas que abren una o más de dichas puertas se les anticipa una tragedia.

                              Si  una persona es susceptible ( y no hay modo de saberlo con antelación) al entreabrir la puerta uno o dos centímetros un monstruo saldrá corriendo y lo agarrará. Y algunos se quedarán enganchados a él de por vida. Si hablas con un adicto sobre su adicción , te darás cuenta de que probablemente todo comenzó por casualidad, sin indicios de que la vida estuviera por dar un vuelco drástico. Todo empezó al abrir una puerta. Salomón lo resume en dos pasajes bíblicos: 1) Hijo mío, si los pecadores quieren engatusarte, ¡dales la espalda!....¡No vayas con ellos! Mantente alejado de sus caminos" 2) "Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte".    

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