¿Estás tan ocupado analizando tus defectos que no tienes tiempo para analizar tus virtudes? ¿O tan inmerso en el escrutinio de los demás que no valoras lo que Dios te ha dado? "La intención de Dios nunca fue que te compararas con otra persona . Puesto que hemos elegido la vida del Espíritu, asegurémonos de que no es sólo una idea en la cabeza o un sentimiento en nuestro corazón , si no que sea algo que se refleje en todos nuestros aspectos de nuestra vida. Eso significa que no debemos compararnos con los demás como si unos fueran mejores y otros peores. Tenemos muchas cosas más interesantes que hacer con nuestras vidas. Cada uno de nosotros es único y especial "
Al hacer comparaciones das a entender que Dios cometió un error creándote como eres. Es mas, permites que los demás definan lo que vales y les das autoridad sobre tu autoestima; ¡demasiado poder que no se le debería ceder a nadie! Ya que hemos sido moldeados de forma excelente y maravillosa, sigamos adelante y seamos aquello para lo que fuimos creados. Desarrolla los dones que Dios te ha dado y deja de codiciar lo que tienen los demás. Dios te hizo como Él quería que fueras, y te llamó para que cumplieras el plan que tiene para tu vida. Hasta que no dejes de compararte con los demás, nunca podrán salir a la luz los dones que tienes y que han sido puestos en ti. Así que dale gracias por haberte hecho quien eres, y cree que Él te transformará día tras día para llegar a ser la persona que quiere que seas.
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