Cuando conoces el plan de Dios para tu vida, no dejarás que nada se oponga a ese plan. No te desanimarás fácilmente cuando haya situaciones de conflicto y caos. No te frustrarás ni te agobiarás por esas áreas que no cambian a pesar de tus peticiones y de haberlas confesado y tratado de eliminar. No te frustrarás, porque sabes que son cosas de la vida y no producto de tu desobediencia, que Dios lo ha permitido y quiere usarlo para desarrollar en ti un mejor carácter. "Todas las cosas" - no solo algunas - ayudan a bien a quienes aman al Señor.' Pues no veo ningún propósito en eso', dices.¡Pero Dios sí! Dios está edificando en ti unos cimientos sólidos; te está equipando para que puedas manejar un grado de éxito que no podrías manejar ahora.
De esa presión que vives ahora vendrá el poder hacer lo que Él, y nadie más, desea para tu vida. Te está instruyendo en medio del desierto para que cuando llegues a tu lugar y algunos dejen de cooperar y se vuelvan resentidos o celosos, no tengas miedo de cortar los vínculos con ellos. Dios quiere que sepas que tu ayuda viene de Él, no de la gente. Si todavía no lo entiendes pregúntale a alguien. Pero no a cualquiera; pregúntale al Señor. No te dé miedo plantearle interrogantes a Dios. Muchos hombres y mujeres ya lo hicieron antes. Pero prepárate para cuando Dios responda: ¡Todo tiene un propósito!.
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