Tienes que creer lo que Dios dice de ti, por encima de lo que otros dicen. No escuches a los que aseguran que nunca vas a conseguir nada. Quizás tuviste una niñez dura, o has fallado en tu matrimonio o en tu carrera, pero lo que debes hacer es "...(olvidarte) de lo que queda atrás y (esforzarte) por alcanzar lo que está delante" . La Biblia no pide que neguemos la realidad. Ni tampoco dice que los demás tienen derecho a hablar cosas sobre tu vida que no son como si fueran. No, solamente Dios, puede infundir vida para ti, lo que debería alegrarte sobremanera, pues seguro que no quieres que nadie más determine tu destino. Nuestra responsabilidad radica en poner de acuerdo nuestra voluntad con la voluntad de Dios. Al hacerlo, Él nos dará poder para cumplir lo que humanamente sería imposible.
Cuando lo que haces no funciona. Jesús te enseñará la mejor manera de llevarlo a cabo. Aunque no parezca muy lógico al principio, haz lo que Él te pida. Tu modo de pensar, y de operar tal vez no encaje con lo que Él ha preparado para ti; disponte a cambiar la manera de hacer las cosas. Cuando seas consciente de lo que Él tiene para ti, lo dejarás todo y lo seguirás.
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