martes, 4 de febrero de 2014

Puedes superar tus miedos

                                                        ¿Te obliga el miedo a esconderte de alguien hoy en día? ¿De tu jefe? ¿De tu marido o de tu mujer? ¿De tu hijo obstinado? ¿De tu compañero malhumorado? Cuando Dios le preguntó a Adán '¿Donde estás?', él respondió...Tuve miedo...me escondí" Y desde entonces, todos nos estamos escondiendo. Nos ocultamos detrás de sonrisas forzadas, de palabras bonitas pero no sinceras y de rituales sociales que detestamos. O peor, nos escondemos detrás de cosas que creemos pero que no expresamos porque tenemos miedo de lo que la gente pueda pensar o decir. Tratamos de evitar el dolor de enfrentarnos a alguien y la energía emocional que hay que invertir en arreglar las cosas después.
                                                         A corto plazo puede que sea más fácil actuar como si nada te molestara o fingir estar de acuerdo cuando en realidad no lo estás. Sin embargo, a largo plazo no funciona, porque la paz no es la ausencia de discordia. Cuando nos quedamos callados con el fin de evitar un enfrentamiento, acabamos sacrificando algo mucho más importante: las relaciones personales. Por ejemplo, cuando no hablamos claro en el trabajo porque tememos molestar a alguien
acabamos amargados y aislados de nuestros compañeros, y quizás hasta perdiendo la oportunidad de mejorar las cosas. Cuando tememos confrontar a nuestro cónyuge (y debería hacerse siempre con amor, no con ira), acabamos distanciándonos emocionalmente. Cuando no compartimos nuestra fe por miedo al ridículo, perdemos la oportunidad de llevar esperanza a alguien que la necesite.
                                                          Así que, ponte en pié y di: "Cuando siento miedo, pongo en Ti mi confianza" Afronta tus miedos, sal de tu escondite y comienza a vivir.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario