miércoles, 10 de enero de 2018

Conciencia y Consecuencia

                                                    Casi todos los días tenemos que enfrentarnos a asuntos de conciencia. Debemos escoger entre hacer lo que agrada a Dios y lo que apela a nuestros propios deseos egoístas.
                                                     Los funcionarios del gobierno pueden verse tentados a aceptar sobornos y a tomar decisiones poco éticas. A los empleados a veces se les pide que cambien ciertos números o que hagan informes falsos. Los estudiantes a menudo se sienten tentados a hacer  trampa y a cometer plagio.
                                                    Como cristianos nos encontramos frente a situaciones en nuestra vida diaria que prueban la conciencia. Las mismas nos ayudan a ver si somos serios respecto a la integridad que Dios espera de nosotros. Sabemos que nuestras decisiones tendrán buenas i malas consecuencias, pero la verdadera prueba viene cuando debemos decidir qué hacer. ¿Cual es la mayor protección para no tomar una mala decisión? Es confiar en Dios para que nos cuide cuando optamos por hacer lo correcto, independientemente del resultado.
                                                      Sadrac y sus amigos tomaron la decisión de no inclinarse ante la imagen de oro. Se atrevieron a desobedecer al rey porque confiaron en Dios. Dijeron que aun si Dios no los librara, ellos confiarían en Él.
                                                      Cuando enfrentamos asuntos de conciencia, nosotros tambien podemos hacer lo correcto... y dejar a Dios las consecuencias.

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