lunes, 22 de enero de 2018

Un paso doloroso

                                                     El arrepentimiento no es asunto de limpiar nuestras vidas para ser perdonados. Alguien dijo: "que no es algo que Dios exige de ti antes de recibirte...; es simplemente una descripción de lo que es regresar".
                                                     Un hombre contó a una revista su lucha con la pornografía. La agonía que sentía por llevar una doble vida a la larga lo abrumó. Por horror suyo se dio cuenta un día de que los simples placeres de una `pintoresca puesta de sol o el suave rocío de la brisa del mar ya no lo emocionaban. Su obsesión con la lujuria había embotado su apreciación de los placeres más finos de la vida y le había robado el gozo de una estrecha con su esposa y con Cristo.
                                                    Por fuera era fiel a su esposa y al Señor, pero su corazón estaba lejos de ellos. Era como los creyentes de los que habló Jesús en el Apocalipsis. Jesús les dijo: ...has dejado tu primer amor . Recuerda, por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras.El hombre sabía lo que tenía que hacer. Su confesión a Dios y a su esposa fue dolorosa y torpe, pero le dio el gozo del perdón y la reconciliación. El arrepentimiento es doloroso, pero restaura los verdaderos placeres de la vida: Estar con bien con Dios y con los demás.        

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