viernes, 13 de julio de 2018

Abandonando el protagonismo

                                                 La Biblia dice: "No mirando cada uno por lo suyo propio.sino cada cual también por lo de los otros". En otras palabras; "Abandonad el protagonismo". Ahora bien, es más fácil decirlo que llevarlo a cabo, porque tendemos a estar pendientes de una única persona ¡Yo!.
                                                  Si le preguntas a alguien: ¿Que tal te va?. Pensando que realmente tienes interés en él, empieza a contarte lo más significativo que le ha ocurrido recientemente. Esa es tu señal para interrumpirlo a la primera de cambio, diciendo: ¿Te parece que eso es algo extraordinario? Déjame decirte algo...". Y "despegas", dejando de lado al ego desvalorizado de tu amigo, arrepintiéndose de no haber seguido caminando cuando te vio la primera vez. Hubiera esperado oír de ti algo así como: "¡Eso es estupendo! ¡Cuéntame algo más!. En lugar de eso, le brindas una letanía de tus opiniones y logros. ¿Donde está... "...Gozaos con los que se gozan...?. Este mandamiento es tajante acerca de nuestro protagonismo y dice: "¡Olvídate de ti mismo!" Deja de ser el centro del escenario y aprende a escuchar a los demás". Ponlo en práctica diciendo: "¿Basta ya de hablar siempre de mi, Quiero saber de ti. ¿Como te van los negocios? ¿Cómo está tu esposa? ¿Y tu salud? ¿Que tal en la iglesia?" Contén las ganas de interrumpir. ¿Simplemente escucha!. Escucha con tus oídos, tus ojos, tu mente y tu espíritu. Trata de discernir los sentimientos que están detrás de sus palabras. Si está contento, alégrate con él, y si está triste..."llora con los que lloran"
La prueba decisiva del carácter cristiano as la disposición de disfrutar con el éxito ajeno, o de compartir su carga como si fuera la nuestra. No hay mejor manera de servir y de alentar a los demás.

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