martes, 17 de julio de 2018

Celebrando la victoria y, aún así muriendo de sed...

                                                   La Biblia dice: "...el Espíritu del Señor vino sobre él y...las ataduras  cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno fresca aún ...la tomó y mató con ella a mil  hombres. Entonces Sansón... clamó al Señor. Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo.¿y moriré ahora de sed...? Fíjate en tres puntos de este relato: 
                                                    (1) Sansón dejó que sus enemigos le atasen. ¿Qué es lo que te ata a ti hoy? Los asesores, programas y manuales de autoayuda, están bien, pero hizo falta el Espíritu de Dios para liberar a Sansón. Y eso es lo que vas a necesitar tú también, para liberarte ¡Vamos hombre! Has hablado tantas veces de tus problemas, que ni tus amigos quieren volver a hablar de ellos! La ocasión de pedir consejo ha pasado; es el momento de pedirle a Dios que su Espíritu rompa todos los hábitos que te impiden ser libre.
                                                     (2) Sansón tenía que ver lo que ya se le había dado. Únicamente la quijada de un asno, pero con la ayuda de Dios iba a ser más que suficiente para ganar la batalla.Pídele a Dios que te muestre lo que ya tienes, ponlo a trabajar y Él te dará la victoria. Deja de buscar en otra parte. La respuesta está enfrente de tus narices. Reconoce lo que Dios te ha dado y úsalo.
                                                     (3) Sansón estaba celebrando la victoria, y aún así muriendo de sed. Esto sucede particularmente, a aquellos que trabajan para Dios pero no gastan suficiente tiempo con Él Pablo nos avisa: "...para que Satanás no saque alguna ventaja sobre nosotros..." Cuando das, pero no recoges , el diablo aprovecha la ocasión y tú acabas en los brazos de Dalila. Así que, pasa más tiempo con Dios. El Único que te da la victoria, puede también saciar tu sed.        

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